Historia del Colegio

Entre 1956 y 1959 ENSIDESA construye, en Llaranes, los edificios que, destinados inicialmente a colegio de niñas y colegio de niños, acabarían formando el Colegio Público «Llaranes». Los autores del proyecto fueron los arquitectos Juan Manuel Cárdenas Rodríguez y Francisco Goicoechea Agustí.

El primer colegio que se construyó en Llaranesclase «al aire libre» fue «el de niñas». Presenta unas características singulares. Cada aula, amplia y bien iluminada tiene una puerta de acceso al exterior, otra de acceso interior al pasillo y una tercera que da a un local destinado a despacho o tutoría que, a su vez, también tienecole_monjas acceso al pasillo. Sin embargo, lo más «particular» de la construcción era que la pared exterior estaba formada por diez hojas de una estructura de acero recubierta de aluminio y un gran vidrio en cada hoja. En un momento dado se podían plegar estas hojas y la sensación era de estar dando la clase al aire libre. Cada aula se decoró con dos grandes murales, frescos en su mayoría. Cada mural está dedicado a un tema relacionado con la escuela (la Historia, la Geometría, la Música, la Física, la Religión, etc).

Se inauguró en el curso 1956-57 y se adjudicó su regencia a una orden religiosa: las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Como residencia se les habilitó un bloque de viviendas que, en la actualidad, aún depende del C.P. Llaranes.

El número de plazas escolares resultó claramente insuficiente y, mientras se «los tubos»construía lo que sería el colegio masculino se habilitó una solución «provisional» que, sin embargo, duraría casi dos décadas. Esta solución, inaugurada el 1 de diciembre de 1957, consistía en unos módulos en forma de medio cilindro que pasaron a la historia como «los tubos». Proporcionaban un espacio de 6 por 10 metros y como sistema provisional tuvieron un gran éxito; tanto que siguieron usándose hasta el curso 1977-78.los_tubos

En 1959 entró en funcionamiento el «colegio de
niños». El proyecto aparece, como siempre en Llaranes, firmado por
Cárdenas y Goicoechea pero debe atribuirse a este último la idea del proyecto en su totalidad.

El edificio emplea el mismo sistema de «pared plegable» que el colegio de niñas pero se diferencia en el número de aulas, diez en vez de ocho, y en que tiene una planta de sótano con local destinado a gimnasio – sala de juegos, vestuarios y caldera; tiene también un primer piso con locales para oficinas/despachos y un extraordinario salón de actos con 180 butacas. Al primer piso se accede a través de una espléndida escalera helicoidal de hormigón armado.

La regencia de este colegio se entrega a otra orden religiosa: los padres Salesianos. Al igual que a las Hijas de la Caridad se les reconoce el derecho a regirse por sus propias normas en cuanto a disciplina y reglamento. En caso de expulsión deberán comunicarlo a la Empresa que se reserva, además, el derecho de admisión de los alumnos/as.

En el año 1977, tras un conflicto laboral con el profesorado del colegio de niñas de ENSIDESA, las Hijas de la Caridad abandonan la dirección del Colegio después de 22 años al acabar el curso 1977/78. Al comienzo del 1978/79 la plantilla de profesores se integra en ENSIDESA. A partir de ese período ambos colegios comienzan a recibir subvención estatal. En el colegio de niños, los Salesianos continúan con la dirección del Centro hasta el curso 1981/82. A partir de entonces se unifican ambos Centros en lo que se llama «Colegio Ensidesa», de carácter mixto, bajo la tutela de la empresa y dirigido por personal de la misma. Esta situación se prolonga hasta comienzos del curso académico 1985/86 en que los edificios, ya unificados en un colegio, pasan a depender íntegramente del Ministerio de Educación y Ciencia con el nombre de Colegio Público Llaranes.

Actualmente, tras ser transferido al Principado de Asturias, depende de la Consejería de Educación y Ciencia.

Recogido de:  Jorge Bogaerts, «El mundo social de Ensidesa» de Ed. Azucel.